Este reconocimiento garantiza que la materia prima de biomasa se obtiene y produce de forma sostenible, que se respetan los límites de emisiones y que los procedimientos de almacenamiento son respetuosos con el medio ambiente.
Carboliva ha obtenido recientemente el Certificado Europeo de Biocarbón (EBC). Es la primera empresa productora española que obtiene este reconocimiento internacional que garantiza que la materia prima de biomasa se obtiene y produce de forma sostenible, que se respetan los límites de emisiones y que los procedimientos de almacenamiento son respetuosos con el medio ambiente. Usando además las mejores técnicas disponibles para la generación de energía térmica, solucionando a la vez las emisiones del secado del orujo, el subproducto de las almazaras.
La consecución de esta certificación europea conlleva el cumplimiento de un importante número de requisitos en cuanto a la composición de la biomasa y su trazabilidad. “Se controla y documenta la calidad del biocarbón en todos sus aspectos y se respetan todos los límites para las distintas clases de uso de acuerdo con la normativa vigente”, informa Álvaro Espuny, gerente y fundador de Carboliva.
El biocarbón de Carboliva es, por tanto, el primer biochar español que cumple con todos los requisitos de producción sostenible con un impacto positivo sobre el clima y el medio ambiente. Hay que recordar que esta empresa ubicada en el Complejo de Acesur-Coosur en Puente del Obispo (Jaén) consigue su biocarbón con un horno pirolítico que calienta indirectamente la biomasa para producir biogás y biocarbón en ausencia de oxígeno.
El biocarbón o biochar se destina a uso agrícola principalmente, ya que tiene la capacidad de mejorar las características físico-químicas de suelo y aumenta la productividad de los cultivos, contribuyendo además al secuestro de carbono, lo que lo convierte en una herramienta para la mitigación al cambio climático.
La certificación EBC surgió por la necesidad de introducir un sistema seguro de control y evaluación para la producción de biocarbón puesto que su huella ambiental depende en gran medida de los parámetros de pirólisis y del tipo de materias primas que se utilicen. Actualmente, el Certificado Europeo de Biocarbón es un estándar voluntario de la industria en Europa. Sin embargo, en Suiza es obligatorio para todo el biocarbón que se vende para su uso en la agricultura y en otros países han adaptado sus regulaciones relacionadas con el biochar al Certificado Europeo de Biocarbón.